Cuenta la leyenda que la Virgen de Meritxell fue encontrada en pleno mes de enero, en un rosal florido en medio de la nieve por un pastor que iba de camino a Canillo a misa y que, por este milagro, los andorranos quisieron dedicarle una capilla, hoy convertida en basílica. Desde 1973 es la patrona de Andorra. Y cuenta también la leyenda que la Virgen de Canòlich fue encontrada por un pastor del pueblecito de Bixesarri, bajo una piedra sobre la cual había un pájaro de mil colores y, que ahí mismo, donde fue encontrada, los lauredianos construyeron un santuario para adorarla.
Ambas transcienden del hecho puramente religioso y se inscriben plenamente en la tradición, la cultura, el arraigamiento y la identidad andorrana y laurediana. Pons & Bartumeu se inspira en estas vírgenes y en su contexto para presentar una colección de joyas en plata dorada y diamantes que reproducen fielmente las imágenes originales, con un estilo inconformista y contemporáneo.
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